Medidores de CO2 Kaise ST967 Sensores de CO2 oficinas hogar

😷 Venta de Medidores de CO2 para análisis de calidad de aire en oficinas y el hogar

MEDIDOR DE CO2, TEMPERATURA Y HUMEDAD Kaise ST967

🦠  La ventilación y la CALIDAD del aire ahora se reconocen como herramientas fundamentales para mitigar el riesgo de #COVID-19 en interiores. Sin embargo, muchos espacios públicos están mal ventilados o su estado de ventilación puede ser desconocido para los usuarios. Los mejores precios para comprar medidores de CO2 en Argentina.

 

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Sensores de CO2  en todo el País: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires, Catamara, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, La Rioja, Salta, San Juan, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán, Chaco, Chubut, Formosa, Misiones, Neuquén, La Pampa, Río Negro,, Santa Cruz, Tierra del Fuego.

 

🦠 Los medidores de CO2 son equipos que se están volviendo populares para su uso en espacios cerrados. Su función principal es registrar la concentración de dióxido de carbono en el medio ambiente, fundamental para prevenir la propagación del COVID-19.

 

 

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Contar con esta información es importante para que la ventilación se realice correctamente, ya que independientemente de que la ventilación se produzca de forma natural o forzada, con los medidores de CO2 conocemos en todo momento la calidad del aire y cuándo tenemos que renovarlo.

Estas son las características más importantes de nuestro medidor de CO2 ST967 :

• Pantalla a color TFT de 2,4 “(240×320 píxeles)
• Sensor de CO2 sin mantenimiento con tecnología NDIR (infrarrojos no dispersivos)
• Rango de medición de dióxido de carbono (CO2): 0 ppm a 9999 ppm CO2
• Rango de medición de temperatura: -10 ºC a 60 ºC (14 ºF a 140 ºF)
• Rango de medición de humedad relativa (% RH): 0,1% a 99,9%.
• La calidad del aire interior aparece en la pantalla a color.
• CO2 MAX y MIN

Además, la cantidad de personas y la naturaleza de sus actividades dentro de un espacio pueden afectar la calidad del aire y la presencia de partículas infecciosas a lo largo del tiempo. Se ha propuesto medir las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) en interiores utilizando sensores digitales como una forma de estimar el riesgo de transmisión de COVID-19 en interiores y, de hecho, algunas jurisdicciones ya han dado directivas u orientaciones sobre el uso de sensores de CO2. en entornos como las escuelas.

Datasheet PDF https://www.opex.es/productos/2021/ST967.pdf

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Información sobre el impacto de la calidad del aire y las enfermedades infecciosas

¿Cuál es la relación entre la ocupación y los niveles de CO2?

El monitoreo de CO2 con un medidor de dióxido de carbono es un medio establecido para evaluar si la ventilación es adecuada para la cantidad de personas que ocupan el espacio. Aunque los niveles de CO2 oscilan entre 350 y 450 ppm al aire libre, las personas que se reúnen y respiran dentro de un edificio harán que el CO2 se acumule a niveles mucho más altos a menos que se elimine a través de la ventilación. Cuantas más personas ocupen un espacio y más intensa sea su actividad física, más ventilación se requiere para mantener la comodidad de los ocupantes. Los niveles de CO2 también son un indicador de otros contaminantes difíciles de detectar (por ejemplo, compuestos orgánicos volátiles que se desprenden de los materiales de construcción) que pueden acumularse en el espacio. Finalmente, los sensores de CO2 se pueden usar para aumentar la eficiencia energética, al permitir a los usuarios regular la ventilación alrededor de un punto de ajuste de CO2 (por ejemplo, 1000 ppm), de modo que se tome suficiente aire fresco en el edificio para mantener la comodidad de los ocupantes, pero no tanto como para desperdiciar energía excesiva en calefacción y refrigeración (es decir, ventilación de control de demanda).

La “comodidad”, como se mencionó anteriormente, se define típicamente por la capacidad de los ocupantes para percibir los “bioeffluentes humanos”, también conocidos como olores corporales, así como su comodidad térmica. A medida que aumentan los niveles de CO2 en el interior, una mayor proporción de ocupantes expresará su insatisfacción con los olores y la “congestión” si no se utiliza ningún otro dispositivo de limpieza de aire (por ejemplo, filtros que eliminan los olores). Muchos profesionales de IAQ han adoptado un valor de 1000 ppm de CO2 como una pauta para una calidad aceptable del aire interior, aunque este valor no es un estándar formal (aunque a menudo se afirma que lo es) y el valor en sí no tiene un significado particular para la salud.

¿Qué significan los niveles de CO2 para la salud en general?

Aunque los medios populares e incluso la literatura científica a menudo afirman que los niveles de CO2 en interiores tienen un impacto negativo en la calidad del aire percibida, la cognición y el desempeño laboral, la literatura que examina estas relaciones es muy inconsistente. Una revisión reciente de 10 estudios no encontró una relación clara entre la dosis y la respuesta entre los niveles de CO2 y la cognición, el rendimiento o la calidad del aire percibida y, de hecho, algunos estudios han demostrado un rendimiento mejorado con niveles de CO2 más altos. Curiosamente, Zhang et al. encontraron que la exposición a altos niveles de CO2 que contienen bioeffluentes humanos se asoció con deterioro cognitivo y una mala calidad del aire percibida, pero el CO2 puro al mismo nivel no lo estaba. Esto puede sugerir que algún otro factor relacionado con la ocupación humana puede ser responsable de los efectos nocivos de un ambiente interior “congestionado”.

¿Existe una base confiable para relacionar los niveles de CO2 y la transmisión de enfermedades infecciosas?

Debido a que los niveles de CO2 aumentan con la cantidad de ocupantes en un espacio, y uno o más de esos ocupantes podrían estar potencialmente infectados, parece lógico que el riesgo de enfermedades respiratorias aumente con los niveles de CO2 en interiores. En 2003, Rudnick y Milton introdujeron un modelo que utilizaba los niveles de CO2 para estimar el riesgo de transmisión aérea de la influenza y otras enfermedades respiratorias. Desde entonces, numerosos estudios han examinado la relación entre las tasas de ventilación, estimadas utilizando los niveles de CO2, y la transmisión de enfermedades en varios entornos, como los dormitorios de las escuelas. Durante la pandemia de COVID-19, los investigadores se han basado en este trabajo para estimar el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 en espacios como salones de manicura y edificios de oficinas, basándose en las tasas y actividades de respiración de los ocupantes.

Estos estudios muestran el valor de la detección de CO2 para evaluar la ventilación como factor de riesgo de transmisión; sin embargo, establezca obtener un umbral de CO2 mediante uso de Medidores de CO2 que pueda señalar de manera confiable un riesgo elevado de COVID-19 es más complejo. Como lo describen Peng y Jiménez, los niveles de actividad de los ocupantes y otros factores, como el uso de máscaras, hacen que la selección de un solo umbral sea problemática; más bien, los autores sugieren un umbral o umbrales basados ​​en la actividad.

De manera similar, un informe técnico reciente del Grupo de Modelado Ambiental de la Asesoría Científica para Emergencias (SAGE-EMG) del Reino Unido identificó una serie de factores que podrían afectar los niveles de CO2 pero no el riesgo de COVID-19, y viceversa. Por ejemplo, la presencia de mascotas o dispositivos de combustión aumentará los niveles de CO2, pero no afectará el riesgo de COVID-19. Por el contrario, el riesgo de transmisión de COVID-19 puede aumentar con actividades como cantar o la presencia de un superemisor poco común, que es poco probable que afecten los niveles de CO2 en el mismo grado.

El documento SAGE-EMG también señaló que el uso de CO2 como indicador de la efectividad de la ventilación sería particularmente incierto en espacios con pocos ocupantes, donde las contribuciones individuales variables tendrían un mayor efecto general sobre las fluctuaciones de CO2, y que el monitoreo de CO2 no reflejaría disminuciones. en riesgo de transmisión debido a medidas como dispositivos de limpieza de aire o el uso de máscaras. En general, el grupo de trabajo concluyó que aunque los niveles de CO2 son útiles para indicar si se está introduciendo suficiente aire exterior en el espacio, no se debe confiar en los niveles de CO2 para determinar si un espacio está lo suficientemente ventilado para mitigar el riesgo de transmisión.

Desafíos en el uso de sensores de CO2 para identificar espacios “mal ventilados”

Aunque los niveles de CO2 pueden ser problemáticos en términos de evaluar el riesgo de transmisión, es valioso utilizar los niveles de CO2 para identificar espacios mal ventilados o, a largo plazo, para priorizarlos para la remediación. Pero, ¿a qué nivel de CO2 se deben tomar medidas correctivas y qué se debe hacer cuando la ventilación es inadecuada?

En Europa, se recomienda un esquema de “semáforo” simplificado para ayudar a los ocupantes a determinar si la ventilación en un espacio es adecuada, aunque los umbrales elegidos para representar los niveles de CO2 “verde”, “ámbar” y “rojo” son algo arbitrarios. En las escuelas alemanas, los niveles de CO2 <1000 ppm reciben luz verde, los niveles de 1000 a 2000 ppm se señalan con una luz ámbar y los niveles> 2000 ppm se señalan con una luz roja (REHVA recomienda umbrales de 800 pm para ámbar y 1000 ppm para rojo).

Sin embargo, es notable que estos umbrales no se estén utilizando para desencadenar acciones específicas (por ejemplo, abrir una ventana a 1000 ppm, evacuar a 2000 ppm). Más bien, se espera que los ocupantes (profesores y estudiantes) estén atentos al sensor durante todo el día y traten de mantener los niveles de CO2 en el interior lo más bajos posible abriendo periódicamente las ventanas.

Los filtros de aire también pueden reducir el riesgo de transmisión cuando la ventilación es inadecuada, pero debido a que los filtros de aire no eliminan el CO2, cualquier mejora en la calidad del aire no sería evidente a través del sensor de CO2.

 

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